La Testosterona, principal andrógeno sexual, es responsable del desarrollo y mantenimiento de los caracteres sexuales secundarios masculinos, ejerciendo importante acción anabolizante.
Esta última propiedad contribuye, sobretodo, a la aceleración del proceso del crecimiento en la pubertad por la estimulación del crecimiento óseo y la modulación del proceso de soldadura de la epífisis de los huesos largos.
En el hombre normal estimula la actividad de la enzima RNA polimerasa y la síntesis del RNA específico dando como resultado un aumento en la producción de Proteinas.
La testosterona estimula la producción eritrocitaria debido a que favorece la síntesis de los factores estimulantes de la eritropoyesis.